miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad


Carlos Saura, tars aquella espléndida Sevillanas, que hizo, si no recuerdo mal, en los alrededores de la Expo, filmó unos años después, en la Estación de Santa Justa de Sevilla, una de las mejores películas musicales de la historia. Flamenco.
En ella, se sucedían números de cante, toque y baile verdaderaqmente hermosos. Había una cierta historia, tan sublime como la misma película. Se trataba de una jornada, desde el amanecer al anochecer, el nacimiento, el final, el alba, la noche, el niño que baila con el anciano que baila, todo inspirado gracias a unos plaones sobre los que Storaro diseñó unas luces capaces de narrar.

Entre los cantes, un villancico.
Toda la cuadrilla de gitanos cantando, participando, escuchando, cantando, disfrutando, dicvirtiéndose y también, dando salida a una miajita de nostalgia, de tristeza, de dolor y de pesadumbre, por lo que ha pasado, por lo que va a pasar.
Pero ha nacido el Niño y hay que celebrar.

Feliz Navidad


jueves, 27 de noviembre de 2008

lunes, 27 de octubre de 2008

Siniestro


Cuando los dinosaurios caminaban por la tierra, Miguel Ríos ya era mayor y, como empezaba a pasarlas canutas por las deudas que arrastraba tras sus exitosos y fallidos macroespectáculos roqueriles, le pusieron a hacer una cosa en la tele. Y estaba muy bien. Y el hombre no acabó en el trullo. Mejor que chupar del bote d ela esgae es. A ver si no.

Un día apareció por allí Siniestro Total, pero los postCoppini, o sea, algo menos cazurros aunque aún no tan bluseros como llegarían a ser después. Tocaron unas canciones en directo, como hacían todos en aquel programa, oh, tempora, oh mores. Y entre ellas, esta. Hoy incorrectísima. Qué le vamos a hacer, en este mundo de cangrejos cobardicas.


lunes, 15 de septiembre de 2008

Y fin


Me decía que no, que no, que no podía ser, que tenía que venir a España, que no que no joer, que hasta iba a actuar en Polonia.

Que vendrían, que por fin podría ver a medio Pink Floyd en directo, que vería a la buena mitad de los Floyd, a los que no echaban a sus compañeros porque no les gustaban, a los músicos de verdad, a los que podían volverte a emocionar haciendo. A los que volvían a dejarte con la boca abierta al tocar Astronomy Domine, Arnold Layne, Echoes, siempre Echoes, casi lo mismo pero mejor treinta, cuarenta años después.
Pero iba a la güep de David y no, venga Francia, tocaba Italia, yo qué se, de todo, pero aquí nada.

Luego
me acuerdo de cuando, tras mucho pedirle al de Kebra Disc a ver si me conseguía el disco de Wright en solitario, un día entro y me dice, oye, tengo algo...

Ya no hay Floyds.



martes, 26 de agosto de 2008

A vueltas con la crisis


Cuando Antonio Naranjo me prestó en una lejana Navidad de mi tardía infancia o primera aolescencia las Crónicas Marcianas coincidió que mi primo me grabo en una cinta de casete un disco de Mike Oldfield. De hecho, me grabó dos, uno por cada cara, en la primera el Crises y en la otra, el Platinium. Curiosamente me los grabó en una cinta de cromo, que eran las fetén, como si dijéramos, sólo reservadas para los discos buenos. Las normales, si las pasas mucho, se cascan enseguida, decía el mito. Creo que por ahí andan todavía.
La cuestión es que en aquellas vacaciones de hace ya tanto, anduve leyéndome las Crónicas a la vez aue escuchaba el Crises. Y el resultado es que se mezclaron tanto que cuando hablo del uno, oigo el otro, lo releo, lo reescucho, siempre pienso en el otro. Me acuerdo también de Antonio, de mi primo, de la tarde de fin de trimestre cuando me dijo, te lo dejo, ya me lo devolverás a la vuelta de vacaciones y el aparato de la música que con trastos viejos se había hecho mi primo y donde copiaba como loco lo que le caía entre sus manos.

Ese año no le vi, creo, porque no vino, pero al siguiente, o al otro, no me acuerdo, vino de gira. Fue mi primer concierto en mayúsculas, o sea, de una estrella, cosa rocanrolera o más bien moderna, ya nos entendemos. Mike Oldfield tocó, entre muchas otras, esta canción y a mi se me cayó la baba. Para entonces, ya me había comprado mi propio elemplar de Crónicas Marcianas.
Desde entonces, lo he escuchado muchísimas veces. Desde entonces, lo he releído más de diez veces. Unas cuantas más.
Creo que por aquí abajo, si la técnica lo permite, hay un botoncito para escuchar esta fantástica canción. Os sugeriría que la escucháseis leyendo las Crónicas.


domingo, 13 de julio de 2008

San Fermín

Cada año se colapsaba la centralita del centro territorial de RTVE en Navarra con llamadas para saber de quién era la musiquilla que ponína al final de la retransmisión, con el encierro ralentizado. Siempre solía ser de eso que llaman World Music, New Age, o parecido, que en realidad quiere decir música d la que pone Trecet en su programa. Solía ser algo de mezcla entre músicas tradicionales y un cierto pop sinfónico, por llamarle de alguna manera. Desde Bill Douglas a Lorena McKennit o a Khaled y similares.
Este año, cambiando del todo, se han ido por unos de la tierra. Locales, quiero decir. En una versión acústica de uno de sus temas más celebrados.
Como las versiones gustan, pero aún más lo auténtico, resistamos un poco más y alarguemos los sanfermines.

Leidis an yentelmen, desde la Chantrea para el mundo... ¡tachán, tachán...!!!!

BARRICADA


miércoles, 11 de junio de 2008

Loca

Suena a que está un poco loca, pero a ver, o sea, quén le puede poner pegas si están los Rolling Stones por medio. Yo, a alguien que ataca el repertorios estoniano a base de bien, con un tono zeppeliniano y melenón al canto, le tengo un respeto cuasi reverencial. Y si es Shakira, pues más, oye.


sábado, 24 de mayo de 2008

Sinatra

Sinatra.

Me imagino la escena, en la habitación del Palace de Madrid. Un Sinatra celoso, enganchado hasta las trancas, el teléfono, Ava y la sombra de Mario Cabré. Que ahora dicen que si Dominguín era mucho Dominguín, pero Ava era mucha Ava, y el que hacía saltar el pulso a la gran, la más, Ava, fue Mario Cabré. Que luego está lo de Tossa de Mar, Siantra y Ava, peleándose en la playa, esos Jack Daniels de más o de menos a la orilla del mar, cojo un avión y me planto allí, que a esta se le ha ido la cabeza con tanto torero y tanto vinito español, y allí que se plantó el tío, que me lo imagino a la salida del aeropuerto diciéndole a un taxista con gorra, disfrazado de general, To Tossa beach, please. Prego signore.

Pero estábamos en el Palace. Habitación 402 (por porner un número). Buenas tardes, doña Ava, una llamada desde Chicago, o Las Vegas, o por ahí. Le paso al señor Sinatra.

Parece que Sinatra, muerto de envidia, le hizo un concierto por teléfono a Ava; le cantó todo lo cantable y lo que no, y no se qué pasaría después. Ava se iría a Chicote, que le pillaba cerca y allí tenía amigos, la ginebra, los reporteros, así. Sinatra iría a echarle un duro a la máquina y a contarle sus penas a algún camarero de allí, Las Vegas, Chicago, que, seguro, secaría los vasos con cara de póquer, como diciendo "otro más".

No se trata de su mejor interpretación -hay una en París que me gusta mucho más, pero esto es lo que encuentro por aquí-, pero en mi opinión, es su mejor canción.

La Voz. Nuestra voz.

viernes, 25 de abril de 2008

El día que no estuve en el concierto


Le dije que no. Era una oferta que podia rechazar. Aunque desde el primer minuto me arrepintiese. Fernando ya tenía la entrada pero iba mal de pelas o algo. Salimos la misma tarde, me dijo, el coche lo pone uno, no recuerdo quién. Vamos, aparcamos en Anoeta, lo vemos y volvemos. Más barato. Si quieres, te paso la mía, qu a a mi me va regular.

Era todo un plan. Me había pasado Fernando unas cuantas cintas que a su vez le había grabado Mario, que era el más metalero de su grupo y la verdad, me habían gustado mucho. También me sonaban de Kaos, de Terminal y de una vez que casi llegué a cruzar la puerta de un sitio de jeviorros muy burros. Era todo un antro. Todo de tíos melenudos, solos, jarra en la mano, Whisky in the jar, moviendo la cabeza al ritmo de gente, en plan blando AC/DC, y subiendo, Judas Priest, Manowar, Motorhead o Megadeath. Y Metallica. Nirvana en el Sevilla, pra asustar a las pijas. ¡Uy, si el chico ese tan mono lleva los vaqueros rotos! Ya ves.

Yo conocía poco a los amigos de Fernando, o sea. Y me daba un poco de palo, así son las cosas. Y le dije oye, que gracias, pero que casi que no. Y me dijo, bueno, vale. Y a la mañana siguiente me contó. Sin pelas y flotando, no veas, tenía como en un atril la guitarra eléctrica y en el otro la acústica. Y tocaba una, la soltaba y se iba a la otra, y volvía, iba y volvía. Me contagió su pasión por un concierto que ni siquera vi.

A mi esta canción y su disco siempre me ha parecido un sueño sinfónico en un corazón metálico, que ya se que es cursi, pero que no acierto a decir mejor. El piano ya lo pongo yo.

lunes, 31 de marzo de 2008

La rodilla


Hace un tiempo, hará tres años o así, por los detallitos podría sacarlo, salía del trabajo a la pata coja, con un cierto dolor de rodilla que iba en ascenso, y me pasé por las tiendas de discos de cabecera. Hacía apenas unos días que el admirado David Gilmour había cumplido años y sacaba su tercer disco en solitario. Y allá que me fui, a cojetadas, a ver si lo tenían ya. Y lo tenían. On an island. Sin duda, ya decía, mejor que el anterior, pero en mi opinión peor que el primero. Después hubo gira que por aquí no pasó, deubedés, discos con deubedé extra, piratas y piratas y lo pasé como un enano escuchándolos. Gracias a ese disco, volvinmos a disfrutar de Echoes interpretado por la mitad de los Floyds.
Hoy me duele la rodilla, demasiada bici, demasiados bailoteos, mucho furbo, eceso de basquet, quién sabrá. El 14 Portishead edita su cuarto disco, titulado Three. Qué tíos. Son de la broma.En su oscura languidez. Unos vacilones. La rodilla aguanta, pero mañana quién sabe qué pasará.

jueves, 28 de febrero de 2008

Una lista musical


Ya que está abierto, pensé, pues pongo algo de vez en cuando. Hace un par de días me puse a pensar en la lista que dejo más adelante. Hablando de cosas musicales, a lo que parece que deriva este lugar, se me ha ocurrido más de una vez intentar poner en común algo tan particular y personal como son los gustos por algunos discos. Hace tiempo leí algunas listasde los mejores y peores discos, canciones, directos, de todo, relativo a los Floyd. La verdad es que era muy curioso y animaba a escuchar las piezas de siempre con otros oídos.
Pero vayamos al asunto.

Propongo la lista con los discos de los Floyd en solitario, de más a menos gusto, como si dijéramos. Quien los conozca, que me enmiende y abriremos un florido debate. Quien no, pues que vaya a su tienda de discos más próxima, porque será casi imposible encontrarlos. Entonces se jugará la boina considerando si merece la pena el riesgo de pedírselos a un amigo sinfónico, si compensa piratearlos y si el corazoncito de los ganapanes del canon lo soportará. Angelitos.



1. Broken China - Richard Wright
2. The pros and cons of hitchicking - Roger Waters
3. David Gilmour - David Gilmour
4. Peel Sessions - Syd Barret
5. When the wind blows - Roger Waters
6. Amused to death - Roger Waters
7. Opel - Syd Barret
8. Barret - Syd Barret
9. On an island - David Gilmour
10. The madcap laughs - Syd Barret
11. Profiles - Nick Mason
12. Wet dream - Rick Wright
13. In the flesh (live) - Roger Waters
14. Fictititous sports - Nick Mason
15. The Wall live in Berlin - Roger Waters
16. About face - David Gilmour
17. Radio Kaos - Roger Waters
18. Music from "The body" - Roger Waters
19. Confusion - Zee (Rick Wright)

Fuera de concurso: Ça ira - Roger Waters (bastante prescindible)
Tanmbién diveras bandas sonoras de películas reportajes y otras músicas incidentales nunca editadas en ningún soporte, sólo audibles como fondos musicales.

jueves, 10 de enero de 2008

Dejo un regalo

Podríamos decir que esta es la última canción de Pink Floyd. Es un tema complicado saber cuál es la última en realidad. ¿La última de Barret?¿De Waters? ¿Del dúo, trío, quinteto? ¿La última en directo?


Me quedo con esta, interpretada por Gilmour y Wright.

Es la última del último disco de estudio. Un colofón digno, a la altura de los Floyd. Es una canción que suena a derrota, a final, a campo de batalla humeante, por quién doblan las campanas. Al oír por primera vez en Radio 3, cuando presentaron, una oscura madrugada el nuevo disco de los Floyd. Lo hacía el jeviorro aquel que presentaba Rompehielos, un programa de metaleros. Creo.

Recuerdo que dijo que uno debía fijarse en los sonidos de fondo, casi imperceptibles, que le daban continuidad al disco. Como la campana.

Un regalo. Para mi, al menos.


Se os regala ahora. Hoy.

Siempre. Para siempre.