martes, 30 de junio de 2009

Bailongos del mundo, uníos

A ver, que desde que la piratería no es lo que era, por no poder, ni puedo colgar bien los letreritos.
Iba la cosa de los bailongos y los tímidos, del pasado que atesora el personal -enamorado de la moda juvenil, pero no del espejo, que es que luego dicen, pero las hombreras y las mallas hicieron un daño a la movida que pa qué- y de la pasión por abrirse hueco en las pistas de baile.
O sea, que todos al ataque a mover la cadera hasta que se desencaje y luego a bailar en la ambulancia. Que no todo era el jardín botánico, la estatua y todo aquello.
A ver si refresca.