sábado, 23 de julio de 2011

Pasodoble

Hace la tira y media, los dinosaurios no es que caminasen, es que tenían apartamentos en Torrevieja, Alicante, cuando en la tele echaban un programa que se llamaba Si yo fuera presidente. Lo dirigía Tola. Cuando a un tío se le conoce por el apellido o por un trozo, es que es muy importante. Tola era Tola y todo el mundo lo sabía. Luego se murió en plan prematuro y hoy ya nadie sabe quién era ese tío. Lo de siempre, en fin.
En su programa había entrevistas ácidas, comentarios mordaces, puñaladitas en la riñonada, música rara y estaba Carmen Maura de jovencita y con peinados de ondas imposibles. Luego estaba la Edad de Oro y todo aquello. en fin.
Por allí deambulaba Patxinguer Z y su santa, que era de mucho reír, Sabina de cuando reaterrizaba por aquí, pero ya se sabe cómo se olvida el comienzo cuando pillas poltrona y un espectacularmente raro Albero Pérez.

Después me aficioné a su estupendísimo programa en Radio · llamado Corazón loco. Alberto Pérez nos traía el eco de la música del otro lado del mar. El cénit de cada edición era una canción de Machín y otra de Gardel, seguiditas, increíbles. Luego él hacía la sección de discos dedicados, y tocaba en directo, con su guitarra Ansiedad o la que le pidiesen. Esto era los domingos por la tarde, y todo terminaba con el son de la nostalgia y de las orquestas, de los correos en los mares del sur y Xavier Cugat dirigiendo un mambo.

Qué mejor que un pasodoble para un mes taurino, primaveral y nostálgico. Alberto Pérez y sus coreografías imposibles, hace falta valor ha-ce-fal-tavalor para vestir semejante traje blanco y tan poco edificante pajaritas, que, no se por qué, me terminan recordando a Battiato.

La vida de nuestros héroes.

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