Estábamos en Los Ronaldos.
Los pelos de ese coloradillo de de tinte de mercadillo chungo, los botines blancos con tacón cuasicubano y la camiseta despechugante. Así, lo mejor, fijarse en la cosa musical.
Su música me anduvo resbalando una buena temporada, hasta su Sabor salado y, sobre todo, un directo que escuché una vez en Radio 3. Y entonces descubrí que Los Ronaldos son los Stones con unas cuantas mahous de más, cantándole a los serenos en la Glorieta de Bilbao y tomándose prestado el coche del más feo para irse cn la mḉas guapa.
En Sabor Saladocontarrn con una poduccion excepcional y grabaron el disco como si fuese en directo, tocando todos juntos, simultáneamente en lugar de por pistas separadas. Suenan como una gran banda, frescos y directisimos. Porque se nota que era una gran banda, muy bien compenetrada, un puñetazo musical, energético, fuerte y vibrante. Y si a Mick Jagger le perdonamos sus chorradas al Richards que se descalabre subido a un cocotero, cómo no a Coque Malla que sea esclavo de su aspecto.
Y a mi, por llevar la contraria, me cae bien, jolines.